Marketing asincrónico

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El pasado jueves 29 de noviembre, el Centro Comercial Pradera Concepción, al oriente de la Ciudad de Guatemala sobre carretera a El Salvador, organizó un espectacular concierto navideño con la Orquesta Sinfónica Nacional acompañada de reconocidos solistas como Mónica Sarmientos, Elizabeth Azurdia y uno de mis favoritos: Herman May. El sitio estaba abarrotado y el concierto inició a las 7,15pm con duración de una hora; como colofón el Centro Comercial lanzó un show de luces pirotécnicas que culminó a las 9pm.

Desde mi punto de vista, y a una semana del viernes negro, dicha oportunidad permitía a los establecimientos comerciales establecer un contacto más cercano con sus clientes a través de horarios y promociones especiales, sobre todo en el área de restaurantas que luego del show de luces se abarrotó de clientes.

Grande fue la sorpresa para muchos, al ver a varios restaurantes cerrar precisamente a las 9pm (su horario habitual de jueves) por lo que buscaron otras opciones de comida en los pocos locales aun abiertos para la ocasión. En la fotografía que antecede este post, vemos al local de McDonalds que cierra la mitad de su área de despacho de forma antipática y abusiva con los clientes que aún hacían cola para comprar sus productos. Desde mi punto de vista es una falta de respeto, pues debieron esperar a que el último cliente en la cola fuera atendido.

Desconozco la inversión realizada por el Centro Comercial para tal evento y evidentemente este costo es trasladado a sus condóminos como gastos de promoción navideña, que dicho sea de paso seguramente fueron notificados con harta antelación. Me asombra la negligencia de los departamentos de marketing para las empresas formales que los tienen y para los gerentes para el resto de negocios más pequeños, su poco sentido común al no prever el volumen de clientes dicho día y sobre todo, el desperdicio de esta oportunidad para acercarse a los clientes, para establecer un contacto más cercano, aprovechando el espíritu navideño.

En mi caso personal, junto a mi esposa, debimos comprar lo que estaba abierto, no lo que se nos había antojado. Y es así, como el más pequeño, que se mueve más rápido, puede tomar ventaja de este tipo de situaciones para ganarse un cliente que fue mal atendido por alguien más.

El departamento de marketing debe ser un director de orquesta, como César Sazo en esta ocasión con la Sinfónica, que gestione los recursos de forma eficiente y sincronizada, pues de nada sirve promocionar una experiencia y vender otra.